[Review] Dying Light. Zombies, parkour y toda una ciudad por explorar.

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Hacía rato que no nos encontrábamos con un juego de zombies que tuviera una propuesta tan fresca como lo que Techland ha presentado con Dying Light. Tenemos hartos zombies, combate cuerpo a cuerpo (en su mayoría) y exploración de todo un mundo abierto son los principales elementos que hacen que este juego llame la atención.

Dying Light nos transporta a la ciudad ficticia de Harran en alguna parte del mundo. Ahí tomamos el papel de Kyle Crane, un agente encubierto de la organización GRE en busca de unos archivos que han sido robados. Para su mala fortuna, quien robó los archivos se encuentra en esta ciudad destrozada por una epidemia de zombies que han acabado con la mayor parte de la población.

A su llegada, Crane se encuentra con un grupo de sobrevivientes. Por lo pronto no hay cura, pero a la ciudad siguen llegando cargamentos de Antizin, un supresor de los síntomas que le da la esperanza a la gente de vivir un día más. Claro que como en todo apocalipsis, no todos son buenos, y Crane no sólo se dará cuenta de los verdaderos planes de la GRE, sino que también tendrá que lidiar en Harran con Rais y su séquito de soldados.

Tu prioridad en el juego, sobrevivir obviamente. Y para hacerlo tienes la divertida y novedosa habilidad de realizar parkour. Saltar por los techos y treparse a las paredes y a las ventanas son tu principal y más importante habilidad. Mientras que para defenderte tendrás que armarte de cualquier objeto que puedas encontrar a tu paso, desde un pedazo de madera o una llave de tuercas, hasta armas de fuego.

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Y si tienes las ganas de andar golpeando como loco a todo zombie con el que te cruces, puedes hacerlo pero hay algunos detalles que debes considerar. El primero es que eres humano y por consecuente te cansas, cada golpe que des y dependiendo el objeto con el que estés golpeando reducirá tu stamina, haciendo que retrocedas un poco antes de volverte a agarrar a trancazos. El combate es muy entretenido considerando la variedad de armas no sólo que te encuentras sino las que puedes crear.

La ciudad de Harran está llena de secretos y de objetos que te pueden ser útiles, nunca sabes cuándo vas a necesitar ese clip o esas gasas. Pero para que se te sea más fácil encontrar los objetos puedes usar tu survivor sense, algo así como tu sentido arácnido pero para ubicar objetos a tu alrededor.

En Dying Light no solo tienes un árbol de habilidades, sino que tienes 3 distintos: Skill, power y stamina. Cada acción dentro del juego irá incrementando la experiencia en su respectivo árbol de habilidades, por lo que mientras vas corriendo por la ciudad y exhibiendo tu destreza en el parkour aumentará tu XP de Skill mientras que al golpear zombies la parte de Power hará lo mismo.

El día y la noche trascurren en el juego, claro que cuando cae el sol todo deja de ser tan bonito. Al llegar la noche también llegan criaturas más peligrosas. La mayor parte del tiempo tratarás de huir de ellas y al ir corriendo despavoridamente tienes la posibilidad de voltear la cámara, dejarla congelada unos 2 segundos y ver como una horda de zombies y pesadillas te persiguen. Obviamente, durante la noche tus recompensas son mejores, toda tu XP vale el doble, pero los riesgos de morir son más altos.

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Explorar la ciudad mientras realizas tus misiones es muy entretenido, la ciudad de Harran es bastante grande y tiene todo tipo de escenarios. La historia te hará recorrer toda la ciudad, te llevará por los oscuros pasillos de edificios, nadar por las alcantarillas o activar la energía de la central eléctrica, por mencionar algunas. Gráficamente el juego es una maravilla, todo Harran luce espectacular, con ese tono de melancolía de una ciudad en ruinas.

Las misiones te mantendrán lo suficientemente entretenido y pegado al juego mientras te mezclas con los sobrevivientes y te das cuenta de la realidad. Lástima que no hay una verdadera conexión con los personajes porque las circunstancias podrían haber otorgado una experiencia y una empatía mucho mejor. Asimismo es difícil no darse cuenta de los clichés que se presentan.

Son muchas las horas que hay que invertirle al juego para únicamente completar la historia, porque también puedes realizar side quests. La mayoría de ellas, así como la historia, llegan a ser repetitivas, no obstante no es distracción que evite disfrutar del juego. Asimismo habrá algunos pequeños eventos dentro del juego, como ayudar a algún sobreviviente siendo atacado por zombies.

Lo que sí es que tendrás que acostumbrarte a saltar con R1, y 1mm de falla en tu salto puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, especialmente durante la noche. Fueron muchas las ocasiones cuando “¡Maldita sea!” fue lo que gritaba tras errar mi salto.

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Una de las cosas más interesantes del juego es que puedes abrir tu partida a otras personas, ya sea amigos o completos desconocidos para cooperar y pasar las misiones o realizar alguna competición como ver quien le hace más daño a un enemigo. Por la noche también se pone interesante en este aspecto con el modo Be the zombie porque uno de ustedes será el ‘cazador nocturno’ mientras que él o los demás serán los humanos tratando de destruir sus nidos. El cazador también tiene su propio árbol de habilidades para mejorar.

Conclusión

Correr por las azoteas, saltar por todos lados, el combato cuerpo a cuerpo y un mundo extenso y lleno de zombies hacen de Dying Light una propuesta muy fresca que a pesar de tener altibajos en la parte narrativa, lo compensa por el excelente gameplay. Buenas noches. Buena suerte.

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Rodrigo Reyes

Cinéfilo, gamer y futbolero. Gamer & Movies are my lifestyle. @Roy10general