[Review] KLAUS (PS4)

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“No sé quién soy. No sé dónde estoy. Solamente desperté en este sótano con la palabra KLAUS escrita en mi brazo.” Tan sencillo como eso es como da inicio este peculiar juego indie para PlayStation 4 desarrollado por La Cosa Entertainment. Ustedes toman el control del pequeño Klaus (de quien no puedo hablar mucho para no spoilear), quien ha despertado en un sótano sin memoria, y será nuestra misión descubrir qué es lo que está pasando.

KLAUS está dividido por pisos que son parte de un edificio y que representan los mundos. Es decir, tenemos el sótano, el piso de oficinas, de electricidad, etcétera, y en cada uno de estos pisos tenemos 6 niveles por completar; por cierto, cada piso es de un color diferente. Y como todo buen plataformero, los niveles están diseñados con sumo cuidado y en cada piso encontrarás mecánicas diferentes, como puede ser que en el de electricidad tengas que lidiar con rayos láser o en el piso de ductos con ácido.

Y aprovechando las capacidades del Dualshock 4, La Cosa le agregó una funcionalidad al touch pad para utilizarlo dentro del juego. Con el touch pad es posible activar algunas compuertas o tomar control de las plataformas para apoyarte en el progreso de los niveles. En ocasiones habrá que coordinar bien tus dedos porque mientras seleccionas el objetivo tendrás que poner atención a que la muerte no le llegue al pobre Klaus.

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Más adelante en el juego se te unirá el grandulón K1. A diferencia de Klaus, K1 puede golpear y destruir objetos (Klaus hackea) y mantenerse en el aire con su capa/camisa (o lo que queda de su camisa). Puedes controlar a ambos personajes al mismo tiempo o uno por uno, pero los mismos niveles requerirán que cada uno tome caminos separados para llegar al mismo final.

Es entonces que el asunto se empieza a complicar, entre más avanzado vayas en el juego, más complicados se ponen los niveles, cada uno con sus mecánicas y sus puzzles diferentes. El juego es tan ingenioso que incluso tiene algunos secretos que te llevan a zonas donde la mecánica cambia completamente, ya sea que se te invierten los controles o quizás tienes que controlar a personajes simultáneamente.

Otra de las genialidades del juego es que la misma historia se va desarrollando conforme vas progresando de una manera muy sencilla y poco invasiva, pero inmersiva. ¿Por qué lo digo? Porque los mismos personajes te hacen sentir parte de la aventura, el jugador es otro más en esta travesía y los personajes te lo comunican a través de textos que van apareciendo en el escenario. Estos textos son los pensamientos de Klaus y K1, ellos platican contigo y te dicen lo que sienten, y es de esa manera como la historia va tomando forma.

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Curiosamente, KLAUS no tiene un sistema de vidas y el game over no existe en este juego. Si mueres simplemente reapareces en alguno de los varios checkpoints del juego. Claramente habrá algunos puntos donde el timing es crucial y morirán repetidamente (como yo) sin caer en frustración. Aunque he de confesar que luego me apresuraba y me aventaba como gordita en tobogán; una vez funcionó.

KLAUS es un plataformero 2D muy ingenioso, creativo y divertido. De esos que hacen falta y se extrañan en la actualidad.

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Rodrigo Reyes

Cinéfilo, gamer y futbolero. Gamer & Movies are my lifestyle. @Roy10general