[Review] Chappie
Con tan sólo 2 largometrajes en su carreara – siendo Chappie el tercero – Neill Blomkamp ha captado la atención de amantes de la ciencia ficción y el cine en general. En el 2009 estrenó District 9, su debut como director de cine, presentando una de las mejores películas de ciencia ficción de ese año (y de los últimos tiempos), siendo cruda, original, creativa y provocativa. Sin embargo, Elysium parecía su siguiente gran promesa y terminó por carecer de detalles que hicieron de District 9 sobresalir. Es ahora que llega con Chappie, y por fortuna, es tan buena como esperaba.
En un futuro no muy lejano, la ciudad de Johannesburgo ha implementado la primera fuerza robótica policiaca, con la cual han disminuido los crímenes de la ciudad y las bajas humanas. Estos robots son la creación de Deon Wilson (Dev Patel), un joven y talentoso genio que tiene planeado crear una inteligencia artificia que podría cambiar el mundo. No obstante, sus creaciones han hecho que la compañía donde labora, Tetravaal, reduzca los fondos de su compañero Vincent Moore (Hugh Jackman), un exsoldado que considera que un robot sólo sirve para obedecer órdenes, no para pensar.
Las circunstancias le permiten a Deon crear a Chappie, el primer robot con la habilidad de pensar y sentir; pero es como un niño, hay que ensenarlo y educarlo. Sin embargo, un grupo de criminales ha puesto sus manos en el robot y su poder se verá como un peligro, siendo la oportunidad perfecta para que Moore demuestre por qué un robot de ese tipo es mejor echo chatarra, mientras que Chappie tratará de sobrevivir en un mundo que todavía no entiende.
Es fácil distinguir que se trata de una película de Blomkamp, desde el primer minuto el director te introduce a la historia en forma de documental, con los noticieros informando la situación. La historia, vez más, es un concepto original, un retrato ‘realista’ de la sociedad ante algo que no comprenden como un sistema róbotico inteligeligente. ¿Qué pasaría si algo como Chappie existiera? Pudiera ser lo que vemos en pantalla un resultado bastante acertado, algunos entusiasmados por el potencial que podría representar, mientras que otros (el Vincent Moore de Jackman) lo ven como una terrible amenaza. Blomkamp se ha caracterizado por el importante y peculiar enfoque social que impregna en sus películas
Como lo dice el título, nuestro protagonista es Chappie (Sharlto Copley), un personaje con el cual simpatizamos desde sus primeros minutos en escena. Es tierno robot llega al mundo como una criatura indefensa, temerosa de todo y todos quienes lo rodean. Pero como un niño, hay que darle confianza, enseñarlo a que nadie lo debe frenar en sus propias aspiraciones. Lo que mueve a la película es la forma tan atractiva de ver la formación y el desarrollo de Chappie. Cada momento que vive Chappie, bueno o malo, está lleno de emociones, ya sea Ninja (Ninja) mostrándole como caminar con estilo o hablar con los modismos para convertirlo en el “gangsta” más ‘badass’ de la ciudad, o Deon alentándolo a impulsar su creatividad y desarrollar su potencial.
Esa es la gran diferencia que se maraca entre District 9 y Chappie con Elysium, los personajes y su desarrollo. En Elysium, Blomkamp se encargó de escribir la película él solo, mientras que en los otros dos filmes tuvo la ayuda de Terri Tatchell, quien al parecer le agrega mayor profundidad a la historia, con una sensibilidad que permite generar empatía hacia algo ‘no vivo’, en este caso hacia un robot. Pero también hay que darle mérito a Blomkamp por su habilidad de captar la esencia de lo que siente Chappie y transmitirlo al espectador. Las situaciones por las que tiene que atravesar Chappie generan compasión, alegría, risa, o incluso hasta impotencia; especialmente en una escena en la cual lo ves sufrir.
El comentario social también se extrapola a las relaciones padres-hijos. A pesar de ser una criminal, Yo-Landi (Yolandi) se convierte en la representación de una madre ante los ojos de Chappie, y él es como su hijo. Ella se apega – aunque demasiado rápido – al robot, y los planes que tenía en mente para él comienzan a cambiar mientras su relación progresa. Ninja, es el papá, mientras que Deon es el creador, formando un interesante triángulo parental.
Blomkamp expone conceptos muy interesantes abordados desde la parte social, creando reflexión en el espectador, y de esta forma, convirtiendo esta, su tercera película, en otra obra fresca y mucho mejor ejecutada que Elysium. Es hasta el tercer acto es donde se entra de lleno en la acción, con la misma crudeza que vimos en District 9, espectaculares secuencias para complementar un filme muy sólido.
Una vez más, Blomkamp demuestra su creatividad y talento para presentarnos en Chappie una película encantadora y tierna, así como alocada y absurda por momentos, todo en el buen sentido. Chappie está muy vivo, nunca nos habíamos encontrado con un personaje como él en pantalla grande.
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