Por desgracia no logra cumplir su objetivo. De tratar de explotar un montón de ideas que tratan de desenvolverse en un tercer acto resultando en un intento de profundizar en el argumento y terminando por confundir más que por complacer.
La historia se enfoca en Simon (James McAvoy), un subastador de arte que se une a una banda de criminales cuyo próximo blanco es una pintura de Goya. El problema se genera cuando Simon no sigue el plan y esconde la pintura. Franck (Vincent Cassel) es el líder de estos criminales y quien decide como última opción mandar a Simon a terapias de hipnosis para recobrar la memoria. Elizabeth (Rosario Dawson) es la hipnoterapeuta que ayudará a Simon a liberar los recuerdos que ha reprimido.
Al principio resulta bastante interesante el cómo tan inusual y para muchos escépticos, irreal, como lo es la terapia de hipnosis, llega s ser tan poderoso y surreal, y por momentos hasta impactante. La mente es muy fuerte y a la vez muy compleja, algo que En Trance deja bastante claro.
En Trance trata de provocar un efecto tipo ‘Inception’ para cuestionar nuestra propia realidad de las fantasías, en donde nuestro subconsciente se vuelve el protagonista. Sin embargo, son tantas las ideas que trata de complementar y concluir durante el tercer acto que a final de nunca no comprendes el motivo ni el resultado.
La historia se va desarrollando por medio de estos flashbacks o ilusiones que quizá eran reales o quizá fueron implementados ahí para cumplir algún propósito. En varios momentos la experiencia sensorial es bastante atractiva, pero en otras la conexión se pierde entre la violencia y la desnudez.
El estilo de Boyle se nota en la forma de realizar ciertas tomas y sobre todo en sus personajes, los cuales son empujados hasta los extremos de su cordura. En momentos de adrenalina el instinto los lleva al borde de la racionalidad, claro que también un par de traumas propician este cambio en el comportamiento. El problema es que a diferencia de otras cintas de Boyle, como Trainspotting o Exterminio, no se logra una simpatía entre los personajes por los cambios que la historia va presentando. Asimismo el horror que nos ha mostrado en sus otras películas no tiene el mismo efecto aquí.
En Trance no es el mejor trabajo de Boyle y aunque se nota su estilo, el guión termina por confundir a la audiencia a tal grado de la inconformidad. La historia que va generando en el primer acto resulta en un tercer acto no desmoronado, pero si confuso e incómodo.
Calificación: 6.5/10
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