Fue hace 22 años cuando el sueño de John Hammond inició y estuvo a punto de cumplirse: Parque Jurásico, un parque temático en el que la gente pudiera asombrarse al ver a los dinosaurios que habitaron el mundo hace millones de años. Ya todos sabemos que las cosas no terminaron muy bien en esa historia. Sin embargo, ha pasado mucho tiempo desde aquél primero proyecto, pero por fin ha llegado el momento en que el parque ha abierto sus puertas al público.
Bienvenidos a Jurassic World…
Tan sólo bastó que pasaran algunos minutos ya después de haber iniciado el filme para que la nostalgia de la primera película me invadiera mientras veía como se abrían las puertas de este nuevo mundo al compás del hermoso tema original de John Williams.
Jurassic World se ha convertido en todo un éxito, miles de personas asisten cada año para experimentar de cerca con estas criaturas que alguna vez dominaron el mundo. Pero como cualquier parque temático, se necesitan de nuevas atracciones de vez en cuando para que la gente mantenga el interés de ir, es por eso que para darle frescura han decidido crear una nueva especie de dinosaurio híbrido que más que aterrar a los niños, “le provocará pesadillas a los padres”. Ese nuevo espécimen es el Indominus Rex.
Todo es felicidad y emoción en el Mundo Jurásico bajo las órdenes de Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), la gerente de operaciones, hasta que el feroz Indominus Rex logra escapar poniendo a todos – dinosaurios y humanos – en peligro. Por cierto, los sobrinos de Claire, Zach y Gray, andan perdidos en el parque y ella tendrá que acudir a Owen Grady (Chris Pratt) – el ex militar convertido en entrenador de raptores – para que le ayude a encontrarlos.
Esta película la podemos ver o catalogar de dos formas: la primera, como una especie de secuela en donde (como he repetido varias veces) por fin vemos realizado el sueño de John Hammond por un rato, hasta que las cosas se ponen feas (en el sentido de que hay una bestia asesina suelta en isla). La segunda es verla como un homenaje a Jurassic Park, ya que encontrarán una buena cantidad de referencias a la misma y las cuales no mencionaré para que no vayan a perder la emoción al verlas.
Pero hablemos de las estrellas de la película: los dinosaurios. El aspecto de estas criaturas, en conjunto con sus movimientos, es todo un espectáculo visual resultado de la mezcla entre CGI y los famosos “animatronics”. Las batallas a muerte entre dinosaurios contra el Indominus Rex son brutales y apantallantes. Y los raptores no se quedan atrás, ellos se roban parte de la película, verlos correr y cazar es espectacular.
La gente detrás del Indominus Rex no ha aprendido que no se puede jugar a ser Dios. Han creado un híbrido inteligente, asesino y con ciertos problemas sociales. El Indominus Rex no sólo mata para comer, mata por deporte. A esta bestia la crearon con genes de un par de especies interesantes que les provocará terror al momento de descubrir cuáles. Es imponente y terrorífica, será difícil idear algo peor que este dinosaurio para la siguiente parte (en caso de que no lo sepan, hay un par de secuelas confirmadas).
Por supuesto, Jurassic World tiene momentos de tensión y suspenso que te mantendrán al filo de la butaca como lo hacía Jurassic Park, aunque uno que otro medio predecible. Obviamente habrá violencia, estamos hablando de un filme en el que un carnívoro enorme y malo anda suelto en una isla y claro que va a devorar gente… y otros animales, no será gore pero si te causará el mismo terror que viviste con varias escenas de Jurassic Park y The Lost World. También hay comedia que te hará reír en los momentos indicados
Hicieron el parque muy tangible y atrayente al público sin caer en ridiculeces. Es el lugar al que todos quisiéramos ir, con atracciones tan tranquilas como montar un triceratops bebé hasta algunas más intensas como presenciar al poderoso T-Rex devorar su comida.
Jurassic World es un increíble y emocionante viaje de vuelta a Isla Nublar.
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