No recuerdo la última vez que salí del cine tan fascinado con una película de ciencia ficción como ahora lo ha logrado La Llegada (La Llegada). Estamos en una época en donde los blockbusters Hollywoodenses prefieren la acción y el desenfreno de efectos visuales por sobre un relato tan inteligente e intrigante como el que ahora nos presenta La Llegada.
En la película, el mundo ha recibido la visita de unas misteriosas naves alienígenas, 12 de ellas para ser exactos. Las naves están estacionadas en varias partes del planeta pero no parecen representar una amenaza al mundo, aunque es clara la preocupación de todos ante estos acontecimientos, resultando en motines y saques en algunas ciudades.
La pregunta más importante es, ¿por qué están aquí? ¿Cuál es el motivo de su visita? Cada una de las naciones del planeta está tratando de resolver esta incógnita, y en el caso de Estados Unidos, el país ha reunido a un equipo de elite liderado por la lingüista experta Louise Banks (Amy Adams). Las criaturas permiten el acceso a su nave, y ella tratará de comunicarse con ellos y descifrar su complejo lenguaje. Hay más todavía profundidad todavía en la trama pero me reservaré los detalles para no darles spoilers.
Seguramente ya han visto muchas películas que giran alrededor de la visita de alienígenas, pero les aseguro ninguna tan atrapante como la que el director Denis Villeneuve ha presentado aquí. Cada escena, cada momento, cada revelación que toma lugar mantiene esa sensación de intriga que no te permite dejar de pensar en lo que está pasando y lo que podría pasar después.
Y ojo, porque a pesar de ser ciencia ficción, no se tiene que apoyar en alocadas secuencias de acción, balaceras o explosiones para desenvolver su historia. La Llegada es una película que prefiere jugar con sus ideas y las del espectador, con la emoción del descubrimiento y cuestionamientos más profundos de la noción espacio-tiempo.
Igual de impresionante es la forma en que nos van contando la historia. La manera en que Villeneuve captura cada momento – junto con las respectivas y grandiosas actuaciones del elenco – sobresalen por cómo logra conectarte a los protagonistas, y en ocasiones, sentirte tan asombrados como ellos a cada paso que dan. Ni se imaginan las sensaciones y los pelos de punta que me puso el primer encuentro que tuvieron con estas criaturas.
La fotografía de Bradford Young y la espectacular música de Jóhann Jóhannsson complementan las escenas de esta historia llena de emociones y paradigmas. Asimismo, Amy Adams nos brinda una actuación grandiosa, llena de sensibilidad y asombro.
Y llegando el tercer acto es cuando tenemos el mayor descubrimiento, una conclusión que se aleja de lo convencional y nos maravilla con las respuestas a aquellas preguntas que se planteaban en un inicio. Un final provocador, profundo e inspirador que cierra esta increíble experiencia cinematográfica.
El sub-género de invasión alienígenas no había tenido algo tan fresco, diferente y único en los últimos años como lo que nos presenta esta película. La Llegada es una obra maestra, inteligente, emocionante, apantallante y profunda.
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