Las novelas de R.L. Stine vieron su primera adaptación cinematográfica hace 3 años cuando Escalofríos fue estrenada en el cine. De la mano de Jack Black interpretando al famoso autor, esta película aprovechó el material original para crear un filme entretenido aunque no necesariamente terrorífico para los niños. Ahora es turno de Escalofríos 2: Una Noche Embrujada de tratar de elevar la premisa justo en la temporada de Halloween.
Escalofríos 2 nos transporta hasta Wardenclyffe, Nueva York, justo unos días antes de que sea Halloween. Aquí se nos presenta a Sarah (Madison Iseman), una adolescente batallando para terminar su ensayo de admisión a la universidad, mientras que su hermano menor Sonny (Jeremy Ray Taylor) tiene sus propios problemas con un proyecto escolar.
Un día, Sonny y su amigo Sam (Caleel Harris) se encuentran con un cofre misterioso en una casa abandonada. Dentro de este cofre hallan un libro, que al abrirlo, libera al muñeco ventrílocuo viviente Slappy. Slappy parece ser un ser amigable al inicio, no obstante una vez que comienza a salirse de control y descubren su plan, Sarah, Sonny y Sam tendrán que aventurarse a detenerlo.
Hola de nuevo, Slappy
Es una lástima que esta película se siente como el refrito de la primera. Si bien la premisa de la historia parece diferente, poco a poco mientras se va desarrollando, las similitudes entre ambas comienzan a aparecer. Slappy vuelve a ser el villano y una vez más el destino de una ciudad recae en unos chicos y el poder de un libro. Teniendo tantas criaturas, villanos y monstruos de donde elegir, es algo decepcionante que el núcleo de la historia se repita.
Los monstruos, por su parte, son lo más atractivo que se nos presenta. Si bien tenemos algunos vistazos a viejos conocidos como el Yeti o el hombre lobo, Escalofríos 2 nos deja ver algunos diseños de criaturas muy imaginativas. La enorme araña creada a partir de globos, las brujas de cabeza verde y la calabaza ambulante adornan esta historia embrujada.
El elenco es totalmente nuevo, y cada quien sabe lo que está haciendo. El único actor que repite es Jack Black como R.L. Stine, aunque su participación es mucho menor que en la primera película, y por lo tanto, su relevancia en la historia también lo es.
El resto de los actores hacen su parte para contar la historia de la forma más amena y divertida posible gracias a los chistes y la comedia infantil que maneja. Sin embargo, contrario a lo que pudiéramos pensar (o querer), no hay momentos reales de suspenso que por lo menos traten de hacerte sentir esos escalofríos por los que los libros llevan su nombre.
Escalofríos 2: Una Noche Embrujada es tan solo otra película para niños para brindarles el entretenimiento sabatino que buscan. La película recicla a su antecesora en lugar de aprovechar el resto del material de origen para tratar de crear una historia más original. Funciona para lo que es, y para quien va dirigida.
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