A pesar de que la película live-action de Suicide Squad recibió pésimas críticas y fue muy mal recibida por los fans, su contraparte animada aún no existía. Ya habíamos visto al escuadrón anteriormente, pero nunca en una película 100% dedicada al grupo. ¿Tiene los mismos errores que la live-action, o es la redención que esperábamos? Bueno, esto es Suicide Squad: Hell to Pay.
La directora Amanda Waller reúne a lo peor de lo peor para un pequeño pero importante trabajo que requiere de discreción total y las habilidades de estos villanos para ser un éxito. En esta ocasión el grupo se compone de: Deadshot, Harley Quinn, Captain Boomerang, Killer Frost, Copperhead y Bronze Tiger. La misión consiste en robar una pequeña pero valiosa tarjeta que le da un pase directo al paraíso a quien la tenga una vez haya muerto. Sin embargo, y tomando en cuenta lo valioso que puede ser este objeto, elos no son los únicos tras la tarjeta, y de aquí en adelante se desata la locura.
La trama de la película es muy floja, pero es la manera en que se cuenta lo que resaltó aquí. Tratándose de una película de villanos, cada escena está llena de violencia y humor negro, algo que le hizo mucha falta a su contraparte en la pantalla grande.
Hablando de la violencia, tenemos desde el típico matón asesinado a balazos hasta decapitaciones y… bueno, más. Hay mucha sangre y muerte, pero no al punto de ser exagerada ni repulsiva, sino que la encontré en un punto estable y satisfactorio tratándose de una película donde se espera precisamente eso.
También hay mucho lenguaje sugestivo, y no es para menos; los villanos no son precisamente unos santos. ¡Incluso hay un poco de desnudez!
¡No es apta para niños!
Todo esto en conjunto me hizo disfrutar mucho la película a pesar de su trama. Sabemos muy bien que al no tratarse de un arco mega importante de Batman o Superman no tendríamos un transfondo precisamente mayor, y en lugar de forzar uno, WB Animation nos dio lo que queremos ver en Suicide Squad: sangre, violencia, y muchas locuras.
Eso sí, la película es bastante corta, pero es de una duración estándar para un filme animado. Esta es la trigésima primera película animada de DC y es la primera vez que vemos al escuadrón como protagonista, ¡vaya que se tardaron!
El reparto de voces en inglés quedó bastante adecuado para los personajes. Christian Slater da vida a un serio pero sarcástico Deadshot, mientras que la legendaria Tara Strong nos regala una vez más a la demente y molesta Harley que incluso sus mismos compañeros odian.
En cuanto al aspecto visual, siempre me ha gustado mucho la animación de DC, y aquí no hay diferencia. Aunque hay algunos personajes que cambiaron de look bastante y no fueron completamente de mi agrado (Harley), es bueno ver que el estudio se atreve a experimentar con sus malos malotes y no le teme a un ligero riesgo.
Para cerrar, debo decir que Suicide Squad: Hell to Pay es todo lo que la película del DCEU no se atrevió a hacer y me cumplió. La historia es… “meh”, pero se perdona al incluir tanto desbarajuste en las escenas y combinarlas con las personalidades alocadas del escuadrón.
Definitivamente recomiendo verla si eres fan de este grupo, y más aún si te quedaste con mal sabor de boca después de ver a Jared Leto y compañía.
No es nada sobresaliente, pero sí bastante entretenida.
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