¿Listo para saber de qué trata Diablo 2? La historia de la franquicia de Blizzard realmente catapultó con esta entrega, siendo no sólo el título más querido por los fans al día de hoy, sino que es considerado uno de los mejores videojuegos de toda la historia.
Con una trama ya formada a estas alturas y un equipo desarrollador dispuesto a responder todas las dudas que nos dejo el juego anterior, Diablo 2 entra en muchos, pero muchos detalles.
Obviamente no entenderás ni la mitad de lo que está escrito aquí si no has checado las partes anteriores. Te recomiendo hacerlo para comprender al máximo lo que estás por leer:
¡Comencemos!
A pesar de toda la tragedia que sufrió Tristram gracias a Diablo, los héroes trajeron paz a los pocos sobrevivientes del pueblo y hubo un gran festejo en honor a los tres salvadores. A la mañana siguiente, el guerrero había desaparecido, pero no sin dejarles un recuerdo…
Hordas de demonios comenzaron a salir de la nada y terminaron definitivamente con lo poco que quedaba de Tristram. Pasó el tiempo y esta tragedia comenzó a contarse entre la multitud en bares y posadas.
En otra parte de Santuario, un anciano se encontraba lamentándose dentro de su celda en un sanatorio. Su nombre era Marius y éste recibió una visita inesperada: una figura encapuchada a la cual el viejo reconoció inmediatamente como Tyrael, el Arcángel de la Justicia.
Marius comenzó a contar su historia…
Dentro de una posada, un Marius más joven estaba disfrutando de una buena bebida cuando un extraño individuo entró por la puerta principal. Esta persona no tardó en llamar la atención de todos en el recinto y comenzó a gritar palabras sin sentido; se retorció de dolor en el suelo y exclamó oraciones en un lenguaje desconocido. Pasaron unos segundos y los demonios surgieron, matando a todo ser viviente presente.
Las llamas consumieron el lugar, pero Marius se encontraba milagrosamente sin un rasguño. El individuo extraño abandonó la destrozada posada y, sin saber qué más hacer, Marius decidió seguirlo.
El extraño individuo que dejaba muerte y decadencia a su paso fue apodado el Nómada Oscuro y no era otro sino el guerrero que venció a Diablo en Tristram. Marius lo siguió en su viaje hacia las tierras del este esperando estar más a salvo cerca de él.
Al escuchar toda la maldad que rodeaba al Nómada Oscuro, cinco héroes se reunieron con el fin de acabar con este individuo y ponerle un alto a las muertes en Santuario. Comenzaron a seguirle la pista, pero tuvieron que detenerse en varios obstáculos que se interpusieron en el camino.
El primero de ellos fue una asesina apodada Blood Raven, líder de una secta que aniquilaba a cualquier Nefalem en su paso. Los héroes lograron acabar con ella y pronto descubrieron que se trataba de Moreina, una de las salvadoras de Tristram que había sucumbido a la locura.
Al ver que su misión trascendía más de sus creencias, los héroes visitaron las ruinas de Tristram en busca de Deckard Cain, pues habían escuchado que éste había sobrevivido la masacre en dicho pueblo. El anciano se encontraba atrapado en una jaula, ¡pero estaba vivo!
Cain relató a los héroes lo sucedido en Tristram y la maldad detrás del Nómada Oscuro. Con esa información, siguieron su misión en busca del guerrero que derrotó a Diablo. Sin embargo, un obstáculo más les impidió el paso…
Andariel, Dama de la Angustia y uno de los Males Menores de los Infiernos Ardientes, se había aliado con los Males Supremos en Santuario después de reconocer su error al confiar en Belial y Azmodán —los otros Males Menores— durante el Exilio Oscuro. Para reparar su error al confiar en el bando equivocado, ella misma decidió acabar con los nuevos guerreros.
Andariel finalmente fue derrotada por los héroes y su alma desterrada a los Infiernos Ardientes, Sin embargo, logró su cometido al ganar tiempo para el Nómada Oscuro, quien ya se encontraba rondando por los desiertos de Aranoch.
Después de varios días de viaje, el Nómada Oscuro finalmente le contó a Marius la razón de su travesía: hallar la antigua tumba de Tal Rasha, líder de los Horadrim que fue sepultado junto con Baal, el Señor de la Destrucción.
Los héroes cruzaron Aranoch y llegaron a la ciudad de Lut Gholein en medio del desierto. Se enteraron de la misión del Nómada Oscuro y buscaron el último lugar de descanso de Tal Rasha, pero fracasaron y estaban perdiendo tiempo valioso. Tuvieron que hallar el diario de Horazon, un mago poderoso que escondió la ubicación de la tumba en sus textos, pero fueron atacados por Jazreth, el hechicero que combatió con Diablo en Tristram.
Al vencer a Jazreth —quien enloqueció en su búsqueda de poder después de enfrentarse a Diablo—, los héroes finalmente llegaron a la tumba de Tal Rasha, sólo para toparse cara a cara con Duriel, otro de los Males Menores que se había aliado con el Nómada Oscuro en compensación por sus errores durante el Exilio Oscuro.
Al igual que con Andariel, Duriel fue vencido y desterrado a los Infiernos Ardientes después de una larga batalla. Los héroes llegaron al corazón de la tumba, pero ya era demasiado tarde. Tyrael, el Arcángel de la Justicia, se encontraba solo y no había rastro de Tal Rasha o el Nómada Oscuro.
El ángel le contó a los héroes que el Nómada Oscuro, siendo controlado por Diablo, planeaba liberar a sus dos hermanos. Al llegar a la tumba, Tyrael combatió con este oscuro ser con el fin de despedir la maldad que habitaba en su cuerpo. Mientras peleaban, Tal Rasha habló con Marius y lo convenció de sacarlo de aquella prisión, sin saber que era realmente Baal quien deseaba esta libertad.
La misión del Nómada Oscuro había sido un éxito gracias a Marius. Tyrael le encomendó una tarea al ingenuo Nefalem: cruzar el portal al reino de Pandemonio y destruir lo que quedaba de la Piedra Esencial de Baal para así desterrarlo a los Infiernos Ardientes.
Sabiendo que contaban con poco tiempo, los héroes sabían precisamente a dónde ir. El último de los Males Mayores, Mefisto, se encontraba en el reino de Khanduras y sus hermanos se dirigían hacia allá con el propósito de liberarlo.
El reino de los guerreros Zakarum había sido corrompido por Mefisto y únicamente necesitaba del poder de sus hermanos para continuar con el plan que elaboró desde el Exilio Oscuro. Los héroes tuvieron que eliminar a los soldados controlados por el mal y entraron al templo donde se encontraba el Señor del Odio.
Desafortunadamente, los héroes volvieron a llegar muy tarde y Mefisto ya era libre. El Nómada Oscuro y Tal Rasha no estaban presentes y una batalla sangrienta comenzó entre los Nefalem y el demonio. Una vez más, el bien triunfó, pero el alma de Mefisto quedó encerrada en su Piedra Esencial en lugar de ser desterrada a los Infiernos Ardientes.
Dentro del sanatorio, el Marius anciano le contaba a su visitante que él llegó al templo donde se hallaba el portal a Pandemonio antes que los héroes y vislumbró algo que lo dejaría marcado para siempre. Tal Rasha, Mefisto y el Nómada Oscuro se encontraban a la mitad de un ritual extraño. El antiguo héroe de Tristram sucumbió finalmente a los poderes de Diablo, muriendo y siendo absorbido por el demonio.
Diablo cruzó el portal a Pandemonio bajo órdenes de Mefisto mientras él permaneció resguardando la entrada. Marius no pudo ver más y corrió aterrado fuera del lugar, fallando en la misión que le dejó Tyrael.
Siendo un peligro mayor, los héroes cruzaron el portal a Pandemonio con el propósito de destruir la Piedra Esencial de Mefisto y eliminar a Diablo antes de que se repitiera otra tragedia.
Ya en Pandemonio, los héroes se toparon con Izual, antiguo lugarteniente de Tyrael. Traicionó a su mentor al decirle a los Males Supremos los secretos de las Piedras Esenciales que el ángel había creado junto con los Horadrim. Al saber esto, Mefisto y sus hermanos supieron cómo corromper dichos artefactos y así controlar la Piedra Ecuménica, razón por la cual orquestaron su propio exilio a Santuario.
Los héroes derrotaron a Izual y encontraron la forja demoníaca. Con ayuda de ésta, destruyeron la Piedra Esencial de Mefisto y con esto el plan del Señor del Odio se esfumó.
Sin embargo, aún quedaban dos hermanos en Santuario…
Diablo se encontraba armando un ejército para eliminar a los ángeles y Nefalem, pero fue sorprendido por los cinco héroes y la batalla definitiva comenzó. Al tener un mayor conocimiento, estos salvadores no serían víctimas mentales del Señor del Terror como lo sucedido con los guerreros de Tristram.
Diablo fue derrotado por segunda ocasión y su alma quedó encerrada de nuevo en su Piedra Esencial. Gracias a la forja demoníaca, los héroes no tuvieron que incrustarse nada en la frente y finalmente desterraron al demonio fuera de Santuario.
El bien había triunfado, pero aún quedaba un cabo suelto…
De vuelta en el sanatorio, Marius rogó a Tyrael perdón por haber fallado en la misión que le había encomendado. La Piedra Esencial de Baal seguía intacta en manos del anciano y su maldad lo hizo envejecer más rápido de lo normal y sucumbir a la locura, razón por la cual lo encerraron en esa celda.
El visitante decidió perdonarlo si Marius le daba la Piedra Esencial. Al entregársela, el encapuchado reveló su verdadera identidad: Baal, el Señor de la Destrucción. Asesinó al anciano y comenzó a elaborar su plan.
Después de haber perdido a sus dos hermanos, Baal reunió su propio ejército y decidió ir al Monte Arreat, lugar de descanso de la Piedra Ecuménica y hogar de los bárbaros. Dejándose de juegos, el demonio acabó con todo a su paso y decidió corromper directamente la sagrada fuente de poder para así destruir a la raza Nefalem junto con los ángeles.
Los héroes se percataron de los planes de Baal y llegaron al Monte Arreat. Tuvieron que eliminar incontables hordas de demonios e incluso enfrentarse a los antiguos protectores de la Piedra Ecuménica que los mismos bárbaros habían dejado hace cientos de años para poder pasar, pues Baal ya se les había adelantado.
Después de todas las complicaciones, los héroes encararon a Baal en la cámara de la Piedra Ecuménica. Lucharon por la supervivencia de su especie y lograron aniquilar al demonio, pero lamentablemente ya era muy tarde.
Baal corrompió la Piedra Ecuménica y no había vuelta atrás para su recuperación. En un intento desesperado por salvar a la humanidad, el ángel Tyrael decidió destruir por completo la sagrada piedra, sin saber ni siquiera él mismo lo que sucedería al hacerlo.
La explosión dejó un cráter de lava en el Monte Arreat, el alma de Baal fue desterrada a los Infiernos Ardientes y Tyrael murió en la explosión, aunque se sabe que los ángeles renacen en los Cielos Superiores después de un tiempo.
¡Esa es toda la historia! Aunque me tuve que saltar varios detalles menores para no tener una lectura más larga de lo que ya es todo esto, ahora ya sabes de qué trata Diablo 2. ¡Sigue al pendiente aquí en VGEzone para la última parte de la historia de esta magnífica franquicia!
Compártenos tus comentarios