The Seven Deadly Sins hace su debut por primera vez en consolas con Knights of Britannia. Tratándose de una adaptación del manga creado por Nakaba Suzuki, seguro ahí más de uno entusiasmado por tomar el papel de Meliodas y compañía, y explorar este vasto y colorido universo. ¿Es este título lo suficientemente memorable como para complacer a fans y extraños del manga? Este es nuestro review de The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia.
Los Siete Pecados Capitales, un grupo de poderosos caballeros, fueron los protectores del Reino de Liones hace 10 años, sin embargo, luego de haber sido culpados por conspirar contra el reino, el equipo fue desmantelado y cada quien tomó su rumbo para mantenerse a salvo de sus perseguidores, los Caballeros Sagrados.
Pero ahora Liones ha caído bajo el yugo de los mismos Caballeros Sagrados, por lo que la princesa Elizabeth escapa del reino para reunir a los Siete Pecados Capitales y pedir su ayuda para salvar a su pueblo. Elizabeth encuentra primero a Meliodas, el capitán de los Siete Pecados Capitales, quien acepta ayudarla.
Si son fans del manga, seguramente ya saben por dónde va el asunto…
The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia es un juego de acción y aventura con errores muy simples en su ejecución, principalmente en su gameplay, los cuales evitan que pueda sobresalir y lo dejan a la deriva como un juego poco entretenido.
A lo largo de la historia iremos peleando con los distintos personajes de la franquicia, cada uno con su propio estilo de combate y su propio set de habilidades. Hasta ahí todo iba bien, pero cuando entramos a la pelea es cuando los problemas comienzan a surgir, pues ni siquiera es posible desencadenar una larga combinación de ataques y magia que valga la pena. Tienes dos botones de golpeo y 3 ataques de magia, más un súper, los cuales puedes mezclar un poco pero quedando muy corto de lo que uno quisiera realizar. A eso súmenle el retraso entre botonazo y animación que también cobra su factura a la hora de pelear.
Las otras habilidades disponibles incluyen la capacidad de dashear y realizar un vanish para aparecer detrás del enemigo, lo cual le da un poquito más de variedad, pero no evita que el combate se vuelva monótono.
El otro gran problema es el lock-on, cuyo único propósito es mostrar el enemigo más cercano. Ni siquiera queda enfocado y puede que empieces a golpear con la posibilidad de que le estés pegando al aire. En más de una ocasión, en especial cuando empecé a jugar, asumía que el lock-on mantendría fijo al objetivo y lo seguiría, sólo para descubrir que yo estaba volteado, pegándole al aire o a la pared.
Al menos hay una bonita animación cuando activas tu super…
El juego cuenta con dos modalidades: Aventura y Duelo.
En el modo aventura iremos recorriendo Liones a través de un mapa dentro del cual se encuentran las diversas locaciones, mismas que a su vez, contienen las Main Quests y Side Quests. Asimismo, en el mapa podremos encontrar otras misiones divididas en Trials y Errands; el primero consistiendo de puros combates y el segundo de utilizar a Elizabeth para recolectar recursos con la ayuda del puerco parlante Hawk, quien te protegerá ya que Elizabeth no puede atacar.
Tus Main Quests te irán contando la historia del juego, lástima que perderás el interés rápidamente consecuencia de la poca empatía hacia los personajes y su falta de personalidad – con excepción del cerdo Hawk. No hay animaciones para contarte la historia, así que sólo verás a Meliodas y el resto de los personajes rígidos en pantalla mientras lees los aburridos diálogos.
Lo que se presenta como más interesante es el sistema de rumores del juego, de tal forma que al terminar los combates y dependiendo tu puntuación, la gente del pueblo se reunía en la taberna de Meliodas a charlar de lo que pasaba en el reino, y de donde los Pecados Capitales obtenían su información.
Por su parte, las side quests en ocasiones trataban temas poco relevantes para la historia del juego, enfocándose más en algunos contratiempos de esta aventura, así como también en el trasfondo de los personajes, pero asume que el jugador ya los conoce. Uno que es ajeno al manga, como yo, pierde el interés precisamente por este detalle.
Los fans del manga podrían encontrarle un mayor gusto a The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia, haciendo caso omiso de los torpes tropiezos en las mecánicas de combate. De ahí en fuera, el juego tiene más pecados que virtudes, con combates monótonos y una narrativa tediosa. Fue una oportunidad desaprovechada para llevar una serie querida por muchas al formato de videojuegos.
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