[Review] Rápidos y Furiosos 7. El adiós de Paul Walker
“One last ride.” Ya todos conocemos la historia de la tragedia de Paul Walker. Sin embargo, lo sucedido no evitó que todo el equipo trabajando en esta película se detuviera. Por el contrario, encontraron en Rápidos y Furiosos 7 la fuerza y la motivación para despedirse de un muy querido miembro de su familia. Este es un viaje lleno de emociones, así que prepárense, y de preferencia lleven por lo menos un kleenex.
Después de los acontecimientos de Rápidos y Furiosos 6, Brian (Paul Walker) y Mia (Jordana Brewster) tratan de acoplarse a su nueva vida con su hijo, mientras que Dom (Vin Diesel) y Letty (Michelle Rodriguez) tratan de reencontrarse. No obstante, se convertirán en la presa de un asesino mucho más letal y peligroso que Owen Shaw: su hermano Deckard (Jason Statham).
Deckard busca saldar la cuenta de su hermano y cazará a cada uno de los involucrados que pusieron a Owen en el hospital, iniciando con Han. Pero Deckard es un fantasma, la única forma en la que Dom y el resto del equipo puedan encontrarlo y detenerlo será uniendo fuerzas con el gobierno – con Mr. Nobody (Kurt Russell) – para recuperar un dispositivo de seguimiento y reconocimiento. Y las reglas han cambiado…
A estas alturas ya estamos conscientes de que las películas en esta franquicia desafían todas las leyes de la física, ¿y saben qué? No nos importa. Estamos aquí porque esas increíbles y absurdas acrobacias con los autos están nos emocionan y nos dejan con la boca abierta. Nos encanta observar si lograrán todas y cada una de las locuras que se van presentando por más absurdas que parezcan. Si lo que quieren es algo muy lógico y aterrizado, se equivocaron de lugar.
El combate mano a mano tampoco defrauda. No todos los días puedes ver como alguien le pone santa madriza a ‘La Roca’ Johnson. Además, no se trata de los típicos golpecitos que vemos en cualquier película de acción, las técnicas de combate de Deckard (Statham) son de otro nivel y demuestran por qué lo consideraban un monstruo. Así como está la escena antes mencionada, se encontrarán otras con el mismo nivel de complejidad y habilidad. A eso súmenle las habilidades del director James Wan con la cámara para captar unas tomas realmente fabulosas, con una perspectiva que le agrega más emoción.
Las persecuciones en auto, como siempre, son parte fundamental de esta franquicia. La secuencia en las montañas es quizá de las más gratificantes de todas las entregas y va a ser muy difícil superarla. Son 130 minutos llenos de acción de alto octanaje, persecuciones a alta velocidad, explosiones y peligros a los que nuestro equipo nunca se había enfrentado. Quizá de sus únicos pecados es que por momentos la película se alarga.
En cuanto al villano en turno, no se equivocaron en haber elegido a Jason Statham. No sólo evitaron crear un antagonista unidimensional, sino que el mismo Shaw emite temor y angustia aun cuando no está en escena. Es un asesino a sangre fría y con su propia creencia familiar.
¿Pero qué es lo que hace que Rápidos y Furiosos 7 sea tan especial? Es el carisma y el empuje de cada uno de los actores. No son sólo una familia dentro de la película, sino también lo son fuera y lo demuestran. Para ellos este filme representa algo más allá que solo un trabajo, es un símbolo y un testimonio al legado de Paul Walker. Y lo que hicieron con el final, para despedir a Walker, no pudo haber sido más adecuado y genuino, haciéndolo sentir orgánico; los hará soltar lágrimas.
Rápidos y Furiosos 7 es la mejor, más grande y más satisfactoria entrega hasta el momento. Con historias apasionantes, personajes llenos de amor, extravagantes escenas de acción y destrucción, y sobre todo, la digna y merecida despedida de Paul Walker.
It’s never good bye, Paul :’)
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